Reumatología: ¿Qué es el Lupus?
Hay algunas enfermedades que con unos pocos indicadores de laboratorio ya se pueden diagnosticar. También existen otras más complejas de determinar que necesitan una sumatoria de síntomas corporales y resultados de análisis clínicos.
El lupus es la enfermedad paradigmática entre las autoinmunes y su diagnóstico es todo un desafío. Se destaca por ser muy polifacética y tener variadas manifestaciones, con expresiones muy heterogéneas que hacen muy compleja su determinación. Puede tomar cualquier órgano del ser humano, por ejemplo, la piel, el cabello, las articulaciones, los ojos, la sangre, o los órganos internos como los riñones, el sistema nervioso, los pulmones, el corazón, entre otros.
La experiencia indica que no hay un paciente con un lupus igual al otro y aquí es donde surgen varias preguntas:
- ¿Es una enfermedad?
- ¿Es un síndrome con muchas manifestaciones clínicas?
- ¿Son varias enfermedades que van avanzando con un camino en común?
Los actuales estudios moleculares indican que lo que hoy conocemos como lupus podría reclasificarse en el futuro. Lo que sí se sabe es que la padecen más las mujeres que los hombres: cada 10 casos, 9 son de sexo femenino. Pero en los hombres, en general, el lupus se expresa de una manera más agresiva. También está comprobado que afecta a las mujeres en etapa fértil. Antes y después de esta franja de edad, la enfermedad tiende a ser mucho más leve.
También existen factores genéticos. Una persona puede heredar genes predisponentes a desarrollar el lupus, aunque no necesariamente se manifestará la enfermedad a lo largo de su vida. Hay muchos pacientes que empiezan con síntomas en el momento que pasan por situaciones de mucho estrés o por un problema emocional de mucha afectación, como puede ser la muerte de un familiar, la pérdida de trabajo, ruptura de la pareja, entre muchas otras situaciones críticas.
Más allá de las explicaciones hereditarias y emocionales, existen otras variables que responden al medio ambiente: los alimentos o medicamentos que se consumen, el clima donde se vive, la exposición solar, el contacto con residuos orgánicos e inorgánicos o la contaminación.
TRATAMIENTO EN TIEMPO Y FORMA
Como toda enfermedad, los síntomas son los que la empiezan a determinar. Los más frecuentes se manifiestan en las articulaciones y en la piel. El eritema malar, es decir manchas en el dorso de la nariz y pómulos, es uno de los signos más característicos; se le recomienda al paciente no exponerse al sol para que no se desencadene o agrave. Aunque esto no explica por sí solo su diagnóstico. El lupus puede disfrazarse de enfermedades asociadas a la piel, al corazón u otros órganos vitales.
El lupus, al ser clasificada como autoinmune crónica, debe ser tratada en tiempo y forma. Una vez que se desencadenó, podemos lograr que entre en remisión; no es una cura total pero sí una atenuación significativa.
Una vez realizado el diagnóstico, hay que trabajar mucho con el paciente. Es trascendente que siga al pie de la letra las indicaciones de su médico para cumplir con el tratamiento. Pero también se debe generar una conciencia, tanto en la persona con lupus como en su entorno para evitar lo más posible zonas de conflicto y situación de mucho estrés.
Si bien no hay gran evidencia con respecto a la alimentación, es importante que se evite el sobrepeso. Sumar frutas y verduras a la dieta, bajar el consumo de carnes rojas, de sal o azúcar en exceso llevarán a mejores hábitos, por ende, mejor estilo de vida. Otro aspecto muy importante es evitar fumar, no solo porque daña la mayoría de los órganos de las personas, sino porque además reduce o impide la acción de los medicamentos indicados para su tratamiento.
TRABAJO INTERDISPLINARIO
Para diagnosticar y tratar el lupus tiene que haber un trabajo interdisciplinario entre el médico clínico, el generalista, el reumatólogo y el resto de los especialistas. Un dato de laboratorio no hace al diagnóstico, pero si a esto se le suman las manifestaciones clínicas tales como, fiebre, agrandamiento de los ganglios, caída del pelo, manchas en la piel, dolores de articulares, fatiga, decaimiento, entre otros, el resultado puede ser más preciso y claro. Una vez reunidos todos estos datos, se necesita una gran destreza intelectual para el diagnóstico final. El lupus no tiene cura definitiva pero cuanto más temprano se llegue a su diagnóstico, más efectivo será el tratamiento y el paciente podrá gozar de una buena calidad de vida.
Dr. Bernardo Pons Estel - Médico Reumatólogo. Coordinador del centro GO Crear