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Transtornos del neurodesarrollo: Un desafío personal y familiar
19 feb, 2020

Transtornos del neurodesarrollo: Un desafío personal y familiar

Las personas que sufren TND son únicas, ya que cada síntoma es modelado por su estructura psíquica, sus vivencias, su familia y la sociedad.

El término “Trastornos del Neurodesarrollo” hace referencia a un grupo de afecciones, de causas genético-ambientales, que producen alteraciones, dificultades o variaciones en la adquisición de competencias o habilidades vinculadas con el desarrollo o maduración del SNC, y se presentan desde el nacimiento o, con mayor frecuencia, en la primera infancia.

Muchas de las personas diagnosticadas con estos trastornos presentan limitaciones, parciales o totales, en áreas específicas (conducta, motricidad, lenguaje, aprendizaje, comunicación) y en habilidades adaptativas (cuidado de sí mismo, actividades de la vida diaria, habilidades sociales, rendimiento académico, trabajo, manejo del dinero, etc.).

Dentro de los trastornos que detalla el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales en su quinta edición (DSM-5), los más frecuentes son:

  • Discapacidad Intelectual: La Discapacidad Intelectual es una condición que se produce por afección del neurodesarrollo y que incluye limitaciones del funcionamiento cognitivo (razonamiento, abstracción, toma de decisiones) asociadas a un coeficiente intelectual (CI) por debajo de 70, afectando los comportamientos adaptativos para la vida diaria (comunicación, participación social y autonomía).

  • Trastorno del Espectro Autista: Es una alteración del neurodesarrollo que se caracteriza por intereses limitados, conductas rígidas y repetitivas, dificultades en la interacción y en la comunicación social.

  • Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad: Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico, en el que se hallan implicados diversos factores neuropsicológicos que provocan alteraciones de la atención, impulsividad y sobreactividad motora. Se caracteriza por una conducta hiperactiva, impulsiva y desorganizada, no solo a nivel motor o comportamental, sino también a nivel emocional y cognitivo.

Aspectos familiares y sociales

Ligadas a la problemática de las habilidades cognitivas, sobresalen dificultades en la esfera subjetiva de la persona y la familia, que no se recogen dentro de los actuales criterios diagnósticos internacionales.

Los jóvenes con alteraciones en los dominios del desarrollo presentan,además, dificultades psicosociales que los exponen a situaciones de aislamiento social, exclusión, miedo, baja autoestima y alteraciones en el estado de ánimo.

Algunos investigadores sugieren que las dificultades psicológicas, conductuales y en los ámbitos de interacción social, emergen como resultado de un ciclo de baja autoestima, pobres resultados académicos o escolares y relaciones interpersonales deterioradas con compañeros y familiares. También se ha señalado que muchos de estos jóvenes deben lidiar con tratamientos psiquiátricos y psicofarmacológicos - muchas veces innecesarios – además del estigma social en relación a esto.

La interacción con la familia también resulta alterada apareciendo, en muchas oportunidades, sobreprotección y excesos de responsabilidad. La vida da un giro importante y aparecen especialistas, terapias, rehabilitación, etc.

Aspectos que estaban más o menos regulados (trabajo, economía, amistades, actividades recreativas, etc.) pasan a ser fuente de conflictos. La familia abandona otras actividades, renuncia a la independencia, posterga proyectos y dedica un mayor tiempo y energía para atender a la persona que padece el trastorno. Esto genera sentimientos ambivalentes de culpa, sobreprotección, negación, impotencia, enojo, que alteran la dinámica familiar y pueden generar, una relación de co dependencia que no es saludable para ninguna de las partes.

Abordaje psicológico

En la actualidad, el abordaje se enmarca en la comprensión del neurodesarrollo como un proceso que trasciende el modelo nosológico y reconoce que las alteraciones no son estáticas, y por consiguiente dan lugar a la emergencia de personas de características diversas.

Este modelo plantea la necesidad de intervenciones integrales e interdisciplinarias, y enfatiza el entendimiento de las variantes del desarrollo y el manejo terapéutico acorde a las necesidades individuales de la persona.

El tratamiento consiste en un abordaje integrador que incluye psicoeducación dirigida a los pacientes y a su entorno familiar con el objetivo de brindar información sobre el trastorno y, de esta manera, mejorar la adherencia a los tratamientos, disminuir la disfuncionalidad, evitar las recaídas y desestigmatizar la enfermedad.

El abordaje del tratamiento debe apuntar a favorecer el despliegue subjetivo del joven en los distintos contextos en los que se desenvuelve (individual, familiar, escolar, laboral y social), brindando herramientas y apoyos que le permitan un mayor fortalecimiento de su autoestima, mayor estabilidad emocional, desarrollo de habilidades sociales y alcanzar la autodeterminación y nivel de independencia y autonomía requeridas, para una efectiva inclusión social, que le permita a su vez, planificar y realizar su proyecto de vida.

Venimos atravesados por un modelo que nos enseñó a patologizar las diferencias, un intento (bajo un disfraz de términos científicos) de clasificar lo inclasificable: el sufrimiento psíquico. El desafío es respetar la singularidad de la persona y, desde nuestro lugar de terapeutas, posibilitar el despliegue de todas sus potencialidades, promoviendo de esta manera el desarrollo biopsico-social del sujeto. Para acceder a este objetivo general, los caminos serán distintos en cada caso, ya que consideramos que cada persona con TND es única porque cada síntoma es modelado por su estructura psíquica, sus vivencias, su familia y la sociedad.

María Pía Dacharry - Psicóloga | Javier Daher - Psicólogo

Ineco Neurociencias Oroño

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