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La exposición crónica a partículas ambientales nocivas y humo durante la gestación puede incidir en patologías y complicaciones propias del embarazo.

Desde principios de año la región se ve notablemente afectada por los incendios en las islas del río Paraná. Dicho problema, por sus consecuencias, no se reduce a una simple quema de pastizales. Constituye un escenario de contaminación ambiental que se ha convertido en una cuestión de aspecto crítico, de difícil manejo y que incide transversalmente en muchas temáticas (ecosistema, biodiversidad, desarrollo sustentable, salud ambiental, etc.) Por lo tanto, su abordaje para la resolución y prevención debe ser interdisciplinario.

Estos mismos acontecimientos no solo ocurren en nuestra región, suceden también en otros sectores del país y a nivel mundial se reportan focos de incendios en forma permanente, es por ello que conceptos como los enumerados anteriormente toman cada vez más protagonismo en la agenda internacional.

El humo de los incendios en los humedales contiene muchos contaminantes que preocupan a la salud pública por los niveles elevados de partículas nocivas en el aire (hidrocarburos aromáticos, monóxido de carbono, aldehídos y gran cantidad de otros compuestos orgánicos volátiles). Por tal motivo, son cada vez más numerosos los estudios científicos que se realizan en torno a esta situación que sientan precedentes de evidencia sólida para expresar algunos conceptos generales.

La contaminación puede afectar de forma directa o indirecta a la población general produciendo distintos trastornos en la salud alterando y en particular a grupos de riesgo:

• Adultos mayores
• Mujeres embarazadas
• Niños
• Personas con afecciones respiratorias y cardiacas

Existe una preocupación generalizada sobre los posibles efectos agudos y crónicos; por lo tanto las pacientes embarazadas suelen solicitar información y consejos asociados en relación con el riesgo de las complicaciones vinculadas a dicha exposición.

En los últimos tiempos estamos observando en la Maternidad un mayor número de consultas por trastornos que podrían tener relación con el humo ambiental, desde síntomas inmediatos como cefalea, mareos, cansancio, decaimiento, irritación de ojos o garganta, rinorrea, tos, obstrucción bronquial, dificultad para respirar, como exacerbaciones de enfermedades crónicas como el asma bronquial.

La exposición crónica a partículas ambientales nocivas y humo durante la gestación se habría relacionado con el incremento de patologías propias del embarazo y sus probables complicaciones.

La epidemiología del humo es un área activa de investigación mundial que descubre asociaciones que antes eran indetectables. Muchos estudios recientes incluyen estadísticas importantes al investigar eventos de exposición muy alta, durante períodos más largos en grandes poblaciones y regiones con incendios frecuentes.

Frente a esta problemática hay que tratar, en la medida que se pueda:

• Limitar en el interior de la vivienda la exposición al humo ventilando en lo posible en horarios con su menor entrada.
• Mantener ambientes lo menos contaminado con el agregado de humo proveniente de cigarrillos o encendido de velas.
• Procurar realizar la limpieza de muebles y otros objetos no levantando polvo.
• No realizar actividades recreativas al aire libre cuando el aire se encuentre contaminado con humo de incendios.
• El uso de barbijo N95 sería recomendable si no se puede evitar la exposición.
• En lo personal seguir con los tratamientos de enfermedades crónicas tal cual la recomendación del médico de cabecera para evitar complicaciones y probables repercusiones en el feto.

Seguramente estas medidas generales no alcanzan para solucionar el problema. Se requiere la intervención de muchas áreas y ampliar la cooperación de las partes involucradas en el manejo efectivo del fuego y sus consecuencias, ya que representa un componente importante para no afectar la salud de la población.

Dr. Leonardo Popp – Maternidad Oroño