¿Qué sabemos hoy sobre COVID-19 en relación a ginecología y obstetricia?
Los coronavirus son una familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. El coronavirus descubierto recientemente (SARS-CoV-2) se reconoció por primera vez en Wuhan, China y se diseminó rápidamente por todo el mundo, lo que llevo a que la OMS el 11 de marzo declarara una pandemia.
A pesar de estar bien documentado que el COVID-19 aparece en forma primaria como una enfermedad respiratoria, también podría manifestarse como una enfermedad sistémica, involucrando múltiples órganos. En un gran porcentaje de personas la enfermedad cursa de forma asintomática.
La transmisión actual es de persona a persona por gotas respiratorias después de un contacto cercano con una persona infectada (< 2 metros) o contacto directo con superficies contaminadas por secreciones infectadas.
COVID Y EMBARAZO
Actualmente, se desconoce si las mujeres embarazadas tienen más probabilidades de enfermarse de COVID-19 que la población general, y si son más propensas a tener una enfermedad grave. En base en la información disponible, las mujeres embarazadas parecen tener el mismo nivel de riesgo que las personas adultas no embarazadas.
Con respecto a la transmisión de la madre al bebé durante el embarazo o el parto existen controversias. Los estudios sobre embarazadas afectadas con COVID-19 en China no han demostrado transmisión por placenta, por secreciones vaginales ni transmisión por leche materna del SARS-CoV-2. La transmisión del coronavirus de madre a hijo durante el embarazo parece poco probable, pero luego de nacer el bebé es susceptible a la propagación persona a persona. Un número muy reducido de bebés han dado positivos al virus poco después de nacer. No obstante, se desconoce si contrajeron el virus antes o después del nacimiento.
No está demostrado que el COVID-19 produzca efectos adversos fetales como parto prematuro, sufrimiento fetal o abortos. Tampoco existe evidencia actual de que el virus provoque malformaciones fetales.
Las recomendaciones para la persona gestante con sospecha y/o con confirmación de COVID-19 no difieren de las indicadas para la población adulta, siendo imprescindible sostener las medidas de aislamiento y bioseguridad en todas las etapas de la atención.
La OMS promueve el parto normal como forma de terminación del embarazo aun en casos de infección confirmada por COVID- 19; igualmente debe ser individualizado en función de condiciones obstétricas y estado de salud materna y fetal. La decisión no debería estar influenciada por la presencia del COVID-19 a menos que las condiciones respiratorias maternas demandaran urgente intervención.
COVID Y ANTICONCEPCIÓN
La infección por COVID-19 puede tener complicaciones en las esferas de la salud sexual y reproductiva; la atención de la misma se está viendo afectada por la situación de confinamiento por la pandemia. Los cambios en la sexualidad, la discontinuación de los métodos anticonceptivos y el riesgo de embarazos no deseados, representan una preocupación central.
La literatura es escasa, pero hay reportes que indican que una parte de los pacientes infectados con COVID-19 sintomáticos u hospitalizados pueden desarrollar un trastorno en la coagulación de la sangre con mayor riesgo de formación de coágulos en distintos territorios vasculares. Los tratamientos hormonales con estrógenos, suponen un incremento en el riesgo de enfermedad tromboembólica. Por esta razón, diversas sociedades científicas internacionales han desarrollado guías de manejo de mujeres que están con anticoncepción hormonal combinada y Terapia Hormonal de Remplazo en perimenopáusicas y postmenopáusicas.
En el caso de aquellas mujeres con infección por COVID-19 que requieran hospitalización el equipo de salud a cargo evaluará la necesidad de suspensión o cambio de método anticonceptivo según la gravedad del cuadro, factores de riesgo y necesidades de la paciente. Lo mismo aplica para aquellas mujeres que están con Terapia Hormonal de Reemplazo. Se recomienda la continuación sin modificaciones de la anticoncepción hormonal en adolescentes infectadas asintomáticas y sin factores de riesgo.
En cuanto a la “pastilla del día después” no hay situación o condición en la que se contraindique la misma. Aquellas pacientes que deseen iniciar un método anticonceptivo, no es obligación asistir a un consultorio ginecológico en la situación sanitaria que se está viviendo, y puede ser asistida por un profesional en forma virtual.
CONCLUSION
La incertidumbre nos hace más vulnerables a la información errónea. La evolución de los acontecimientos y la comunidad científica, están generando gran cantidad de información que se modifica rápidamente con nuevas evidencias; y día a día estamos siendo bombardeados con la misma. Por lo que se recomienda a los lectores buscar fuentes de información confiables.
El contexto actual que determina la pandemia afecta la vida cotidiana de mujeres y sus familias, confrontándonos con temores y emociones nuevas que deberemos aprender a manejar, tratando de fomentar el mantenimiento de los vínculos afectivos con las herramientas que tengamos a mano, como las virtuales o telefónicas. Lo importante es seguir conectados.
Dra. Sabrina Calvo – Dra. Valeria Daher. FERTYA, Medicina Reproductiva.