¿Sabías que se puede la perder de la audición en forma brusca?
La sordera súbita es una emergencia médica, que puede confundirse con el embotamiento típico de un resfrío o una alergia, por lo cual la consulta al especialista se retrasa.
La hipoacusia súbita es la pérdida brusca e inexplicable de la audición por el deterioro de las células del oído interno, que se instala de manera repentina o en menos de 72 horas. El paciente suele descubrirla al despertar o al intentar hablar por teléfono, algunos reconocen el momento preciso del suceso, llegando incluso a relatar una sensación de explosión en su oído.
Dependiendo de la causa se puede advertir síntomas como:
- Sensación de oído lleno “embotado”.
- La percepción de algún zumbido desagradable llamado tinnitus o acúfeno.
- Sensación de mareo o de movimiento (vértigo) acompañado o no de náuseas o vómitos.
La severidad del cuadro varía de un paciente a otro. La hipoacusia súbita afecta a solo un oído, aunque muy raramente puede en incidir en ambos oídos en un mismo momento o en forma secuencial.
Un dato a tener en cuenta es que los pacientes suelen no presentar antecedentes de patologías previas en oídos. Si bien puede ocurrir a cualquier edad,afecta con mayor frecuencia a adultos entre 40 a 55 años, aunque los otorrinolaringólogos la diagnosticamos cada vez más a menudo en la población más joven.
LAS CAUSAS DE ESTA CONDICIÓN
Dentro de las causas podemos nombrar:
- Virus como herpes, parotiditis, sarampión, influenza, adenovirus.
- Problemas inflamatorios del oído interno.
- Problemas vasculares (vasoespasmos, trombosis, embolias y hemorragias cocleares)
- Lesiones tumorales en algunos de los nervios vestibulares.
- Traumatismos craneoencefálicos, entre otras.
Solo entre el 10 al 15 % de los casos se identifica la causa. En todos los demás casos no se logra identificar con exactitud su origen, llamándola de origen desconocido o idiopática. Se destaca que el momento de presentación de la patología suele asociarse a una situación de intenso estrés que facilitaría su aparición en un terreno ya propicio. La fatiga, los cambios bruscos de temperatura o presión atmosférica, el etilismo agudo, el uso de anticonceptivos, reacciones alérgicas, diabetes, embarazo, y el estrés quirúrgico se relacionan con casos de sordera súbita.
El número de afectados suele ser entre 10 a 20 casos por 100.000 personas por año. Sin embargo, la cantidad real de nuevos casos anuales podría ser mucho mayor, dado que algunos pacientes no se llegan a diagnosticar a causa de que el cuadro de hipoacusia súbita se confunde con el embotamiento típico de un resfrío o una alergia y la consulta al especialista se retrasa.
La sordera súbita es una emergencia médica y se debe consultar al médico especialista de inmediato, quien indicará estudios auditivos a realizarse en el momento y, confirmada la patología, indicará comenzar con el tratamiento.
TRATAMIENTO
Si bien una tercera parte de los pacientes pueden mejorar espontáneamente, este número se incrementa si se comienza un tratamiento en forma temprana.
Se recomienda el uso de corticoides que pueden ser administrados en forma oral a altas dosis o mediante aplicación transtimpánica (colocación de la medicación en el oído través de tímpano) pudiendo usarse uno de ellos o ambos, dependiendo del caso.
La aplicación transtimpánica de corticoides es un procedimiento cada vez mas utilizado incluso en otras patologías como Sindrome de Meniere con excelentes resultados.
La indicación de oxigenoterapia hiperbárica también ha demostrado ser eficaz. Si su médico descubre la causa subyacente de la sordera súbita, es posible que necesite tratamientos adicionales.
¿En qué casos no se recupera la audición?
Existen varios factores que favorecen la NO recuperación de la audición, como son la edad, los pacientes menores de 15 años y los mayores de 65 años que tienen peor pronóstico, al igual que el retraso en el inicio del tratamiento, la severidad de la hipoacusia, la asociación de otros síntomas como vértigo.
Los pacientes que presenten diagnóstico de hipoacusia súbita deben tener un seguimiento de mínimo 12 meses con controles audiométricos y, en caso de recuperación parcial o no recuperación de la audición, se pueden plantear los beneficios de la adaptación protésica o de implantes cocleares.
Dra. Daniela Principi. Otorrinolaringóloga. Cirugía de Oídos e Implantes Cocleares. Grupo Oroño